lunes, 24 de abril de 2017

¡¡evita el arcaismo!!!






El arcaísmo son  expresiones o palabras del español antiguo, que  se utilizan frecuentemente como si fueran parte del lenguaje actual.
En el arcaísmo se utilizan algunas palabras que han desaparecido de la lengua española, pero que en los países latinoamericanos se siguen usando en el habla cotidiana, esto mediante sinónimos o variantes modernas de la misma palabra.
El arcaísmo se divide en dos tipos, que son el arcaísmo absoluto y el arcaísmo relativo.
Ejemplos de arcaísmo:
1. Abarullar: Embarullar, desordenar.
2. Acechar: Vigilar, observar, aguardar cautelosamente.
3. Acedar: Poner agria alguna cosa.
4. Acordar: Despertar del sueño.
5. Adrede: A propósito, con deliberada intención.
6. Aguantar: Darse prisa, apurar, correr.
7. Aguardo: Acción de esperar.
8. Alacena: Closet en el que se guardaban las cosas de cocina.
9. Amagar: Realizar amenazas.
10. Amarañarse: Enredarse.
11. Amodorrado: Mareado.
12. Amularse: Enfadarse, enojarse.
13. Anteojos: Lentes.
14. A tientas: Actuar sin luz.
15. Aventar: Tirar algo.
16. Averno: Infierno.
17. Balde: Recipiente bajo, ancho y con dos asas.
18. Cada poco: A menudo.
19. Candela: Vela de cera.
20. Candil: Utensilio para alumbrar por medio de aceite y una mecha.
21. Capar: Castrar.
22. Cincho: Correa para apretar.
23. Convidar: Invitar.
24. Cuasi: Casi.
25. Chamuscar: Quemar, ahumar.
26. Chiripa: Suerte favorecida.
27. Enflacar: Adelgazar.
28. Fogón: Lugar en el que se preparaba el fuego en las cocinas antiguas.
29. Haragán: Vago.
30. Machucar: Partir, cascar.
31. Mandil: Delantal.
32. Maraña: Trampa en el juego.
33. Morrazo: Caída o golpe de cara.
34. Muino: Disgustado, enojado.
35. Orear: Secar, airear.
36. Puñetero: Insulto, mala persona.
37. Quinto: Joven antes de cumplir el servicio militar, recluta.
38. Rendija: Abertura larga en la pared que pasa de lado a lado.
39. Retahíla: Sucesión de cosas.
40. Sopapo: Bofetada, cachetada.
41. Tabla: Madera labrada de forma ondulada para lavar la ropa en los ríos.
42. Talega: Saco grande de lona.
43. Tapabocas: Bufanda.
44. Tapujos: Mentiras.
45. Tranco: Palo que se usa para asegurar por detrás las puertas y ventanas.
46. Tunda: Paliza.
47. Tanda: Cantidad importante de alguna cosa.
48. Vedar: Destetar la cría de un animal.
49. Velada: Función nocturna.
50. Zopenco: Torpe

Arcaísmo:
En general, se llama arcaísmo a la conservación o imitación de lo antiguo: el arcaísmo de algunas pinturas que están inspiradas en los primitivos pintores flamencos. Arcaísmos son elementos que pertenecen a épocas pasadas y artísticamente superadas y que se usan en el presente por imitación.
Así define la RAE el arcaísmo:
arcaísmo. (Del lat. archaismus, y este del gr. aρχαϊσμoς).
1. m. Cualidad de arcaico.
2. m. Elemento lingüístico cuya forma o significado, o ambos a la vez, resultan anticuados en relación con un momento determinado.
3. m. Empleo de arcaísmos lingüísticos.
4. m. Imitación de las cosas de la antigüedad. [DRAE]
En lingüística, se denomina arcaísmo toda palabra, construcción o elemento lingüístico que, por su forma, por su significado o por ambas cosas, resultan anticuados respecto de un momento determinado: palabras como “maguer” o “apoteca”, que significan respectivamente “aunque” y “botica”, son hoy arcaísmos, es decir, están anticuadas.
Otros ejemplos de arcaísmos:
mesmo
aqueste
acullá
quier
doquier
siquier
quienquier
¿cuyo es este libro?
¿dó vas, triste de ti?
Otro ejemplo es el futuro de subjuntivo (amare / hubiere amado), una forma verbal que sólo se conserva como dialectalismo en la lengua hablada, también en algunas frases hechas (adonde fueres, haz lo que vieres), así como arcaísmo estético en la escritura empleado por algún autor para dar un efecto determinado a un texto.
La RAE (Real Academia Española) considera como arcaísmo el empleo de vocablos que se usaron en la Edad Media o, en algunos casos, hasta el siglo XVII. Los diccionarios oficiales y las enciclopedias registran los arcaísmos con la abreviatura ant. (anticuado), que significa que son voces o términos quee se usaron en la Edad Media o hasta el siglo XVII y que ya raramente se usan porque su construcción, aunque castellana, resulta un tanto rara según las tendencias actuales de la lengua.
Una lengua se enriquece sobre todo por los elementos nuevos que, incorporados a su peculiar sustancia, producen su desarrollo. Como es mucho más frecuente el desgaste y envejecimiento de palabras actuales que la revitalización de arcaísmos, la lengua, abandonada a sus propios recursos, sin aportaciones de fuera, acabaría fatalmente en la depauperación, en el raquitismo.
Para que una lengua conserve y acreciente su vigor y su pujanza necesita elementos nuevos. Y los elementos nuevos en una lengua tienen un nombre; se llaman neologismos. El neologismo es el elemento renovador y enriquecedor de una lengua.  Neologismo es un térmimo genérico, que abarca cuatro especies principales:
1) palabras derivadas,
2) palabras compuestas,
3) préstamos y
4) calcos.  
La renovación del léxico es un fenómeno más amplio y más rápido de lo que suele creerse; un fenómeno que, por otra parte, no se desarrolla con velocidad constante, sino continuamente acelerada.
El arcaísmo léxico, en América como en España, existe sobre todo en el habla rústica (agora, melecina, ñublar, jierro). Se suele decir que el español americano tiene muchos arcaísmos comparado con el español peninsular. Pero para decir esto, se comete, a veces, el error de comparar expresiones que corresponden a estratos sociolingüísticos diferentes. No se puede comprar el habla vulgar de América con el habla literaria peninsular, por ejemplo.
Numerosos autores han llamado la atención sobre el conservadurismo del español americano. Así, por ejemplo, en el capítulo de la Historia de la lengua española de R. LAPESA dedicado al español de América, se destaca la fuerte presencia de arcaísmos en esta variante del español. “Este conservadurismo constituye una de las características principales de un castellano en el que a pesar de las sucesivas capas de español importado, el fondo patrimonial idiomático aparece vivamente coloreado por el arcaísmo y por la tendencia a la acentuación de los rasgos populares” [A. ZAMORA VICENTE, (1960) 1989, p. 378].
Algunos autores, como Lope Blanch, critican que se hable de arcaísmo en la cita anterior y señalan que, con frecuencia, lo que ocurre es que el supuesto arcaísmo es de uso generalizado en toda el área americana y solo ha dejado de emplearse en la Península, de lo que deduce que «más puede hablarse de empobrecimiento del vocabulario de la Península Ibérica, al perder estas voces, que de arcaísmos del léxico americano» [J. G. MORENO DE ALBA, (1988) 1993, p. 201].
Otro error de método consiste, según Lope Blanch, en tomar las hablas ‘rurales’ o ‘incultas’ como modalidades lingüísticas representativas del español americano. Muchos de los arcaísmos que se utilizan para ejemplificar el conservatismo americano, son formas o voces que emplean solamente los hablantes ‘rústicos’.
Varios investigadores modernos consideran que el término arcaísmo es incorrecto para denominar voces que se han empleado siempre en América pero que ya no se usan en España (cf. Lope Blanch (1968-69), Corrales Zumbado (1984), Moreno de Alba (1988), Baldonado (1975)).